Emprendedores

出典: くみこみックス

Actualmente cualquier persona con una buena idea de negocio y el empuje suficiente como para llevarla a agarradera consigue convertirse en emprendedor. microempresa Aunque el camino para crear una empresa está plagado de dificultades, gracias al apoyo de la Oficina y de infinidad de entidades e instituciones, hogaño es más manejable de andar que años antes y uno ya no tiene por que caminar en solitario.


Pero antes de remover cielo y tierra, ¿qué tal un veloz disección para comprobar que la idea vale la pena? Los expertos afirman que para que un nuevo negocio funcione: Debe tener un mercado diferenciado, es decir, orientarse a cubrir una necesidad de un sector específico de consumidores a los que aporte un valor añadido que no posea la competencia. La idea ha de ser técnicamente realizable. De carencia sirve un magnífico producto que no se pueda fabricar o un servicio que no se pueda ofrecer.Ha de ser viable económicamente, de manera que la relación entre la adquisicion y su recuperación a medio plazo lo haga rentable y permita producir bienes suficientes como para financiar un futuro crecimiento. Debe sustentarse en una planificación detallada que incluya, entre otros, una organización de marketing e incluso un plan de contingencias que prevea los pasos a seguir si poco va mal. Detrás debe tener un grupo con una buena cualificación, liderado por un emprendedor con carisma. A veces es mejor colocar por un equipo «de primera» con una idea «de segunda» que por un equipo menos cualificado con una idea magnífico.


Apoyo y compañía


Ayuntamientos, consejerías de empleo; asociaciones de empresarios, de autónomos y de mujeres emprendedoras son algunas de las muchas instituciones y entidades que ofrecen asesoramiento gratis para la creación de empresas. Por teléfono, en persona o desde sus webs puedes informarte del apoyo que prestan y acudir a las que te parezca más oportuno. Algunas sólo informan de los trámites a seguir para constituir legalmente la empresa, otras estudian tu idea, opinan acerca de su viabilidad, te ayudan a buscar financiación e incluso te facilitan un espacio en un almácigo de empresas para que puedas acelerar con unos costes de locación del local y servicios administrativos asequibles. Y lo más interesante: las hay que imparten cursos para que domines las técnicas de gobierno empresarial, un aspecto de gran importancia en el que la totalidad de emprendedores flaquea. Hay diferentes modalidades de cursos: desde seminarios de unas pocas horas en los que sólo se apuntan temas sencillos como la opción de la forma jurídica del negocio o los contenidos que debe incluir el plan de compañia, hasta programas de varios meses donde además de investigar en los temas mencionados se abordan aspectos como la logística de marketing o la de ventas.


El plan de compañia, pieza esencia

Si tienes claro que tu idea es válida y estás pensando en apañarse asesoramiento, puedes comenzar por esbozar las líneas generales del plan redactando el plan de empresa. No hace falta que profundices en él, ya te ayudarán a hacerlo en la entidad asesora a la que acudas, pero vete haciendo a la idea de que un buen plan de empresa debería incluir al menos: La naturaleza del esquema: explicar para qué sirve el producto o servicio que se ofrecerá, qué penuria va a cubrir y qué innovaciones aporta. Asimismo hay que indicar qué personas van a formar el grupo humano, su formación, ambiente, funciones... El apartado termina con una breve explicación de cómo surgió la idea de negocio.

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